viernes, octubre 31, 2025

ETFs para principiantes: guía completa 2025

Si estás empezando a invertir, los ETFs son una de las formas más simples, diversificadas y baratas para construir cartera. En esta guía clara y sin jerga, te explico qué son, sus tipos, pros y contras, cómo elegir tu primer ETF, 5 opciones populares para empezar, dónde comprarlos desde España, la fiscalidad básica y los errores típicos que conviene evitar. Tómatelo como un punto de partida educativo, no como asesoramiento personalizado.

¿Qué es un ETF? Explicación sencilla

Un ETF (Exchange Traded Fund o fondo cotizado) es un cesto de inversiones que se compra y vende en bolsa igual que una acción. Piensa en ir a la frutería: puedes comprar manzanas sueltas (acciones individuales) o una cesta ya preparada con manzanas, peras, plátanos y uvas (ETF). La cesta te da variedad en un solo movimiento, de modo que si a una fruta no le va bien, las otras compensan. Traslada esa idea a los mercados: un ETF puede replicar el S&P 500 (las 500 grandes de EE. UU.), el MSCI World (acciones de países desarrollados), un sector (tecnología, salud) o incluso una materia prima (oro).

La clave es que la mayoría de ETFs son de gestión pasiva: se limitan a replicar un índice en lugar de intentar batirlo. Eso reduce costes (comisión TER baja) y hace que, como inversor, no tengas que estar continuamente tomando decisiones. Compras “la cesta” que ya representa un mercado o una estrategia y dejas que el tiempo y las aportaciones periódicas hagan su trabajo.

Además, los ETFs son transparentes (publican sus posiciones con frecuencia), líquidos (cotizan en tiempo real durante la sesión) y eficientes fiscalmente en comparación con muchas alternativas, porque no suelen hacer rotación excesiva. Para el principiante, la combinación de simplicidad, diversificación y coste es muy difícil de batir. Eso sí, siguen teniendo riesgo: si el mercado al que replica el ETF cae, tu ETF también caerá. La diferencia es que no dependes del acierto con una sola empresa; dependes del conjunto.

Diferencia entre ETF y acción individual

La acción individual es una participación en una empresa concreta: compras Apple, Repsol o Inditex y tu resultado depende casi al 100% de cómo le vaya a esa compañía (ejecución, producto, competencia, directivos, regulación, etc.). El ETF, en cambio, es una cesta de acciones; por ejemplo, un ETF del MSCI World incluye miles de empresas de países desarrollados. La diferencia práctica: con una acción individual puedes acertar a lo grande (si la empresa despega) o fallar estrepitosamente (si su tesis no se cumple). Con un ETF, la probabilidad de una pérdida permanente del capital por un fallo específico se reduce porque estás diversificado.

Otra diferencia es la información y el tiempo: para seleccionar acciones individuales con criterio, necesitas investigar estados financieros, ventajas competitivas, valoración, etc. Para comenzar con ETFs, basta con elegir un índice amplio y contribuir con aportes periódicos (DCA). Eso no significa que los ETFs sean infalibles; significa que el proceso es más sencillo y menos dependiente de tu habilidad para analizar empresas.

En coste, una acción individual no paga TER, pero sí pagas comisiones de compraventa y quizá cambio de divisa si compras en mercados extranjeros. En un ETF pagas TER (comisión anual del fondo, ya descontada del valor del ETF) y también comisiones de compraventa/FX si procede. Si tu estrategia es de comprar y mantener (pocas órdenes al año), el TER bajo + diversificación suele compensar con creces frente a montar una cesta equivalente tú solo.

ETF vs fondo de inversión tradicional

Ambos, ETF y fondo tradicional, son cestas de activos. La diferencia operativa es que el ETF cotiza en bolsa y lo compras al precio de mercado en cualquier momento de la sesión (como una acción), mientras que el fondo tradicional se compra/vende a valor liquidativo al cierre. Eso hace que el ETF sea más flexible para ajustar posiciones o aplicar órdenes limitadas.

En costes, muchos fondos tradicionales activos cobran comisiones significativamente más altas que los ETFs indexados. Hay fondos indexados (no cotizados) muy baratos también, y en España tienen una ventaja extra: traspasabilidad fiscal entre fondos (puedes mover dinero de un fondo a otro sin tributar por la plusvalía en el momento del traspaso). Los ETFs, salvo excepciones muy concretas, no disfrutan de esa traspasabilidad en España. Por tanto, si tu prioridad absoluta es la eficiencia fiscal del traspaso, quizá prefieras fondos indexados; si tu prioridad es operativa, liquidez intradía y spreads ajustados, los ETFs te encajarán mejor.


Tipos de ETFs más comunes

Los ETFs se organizan por el activo que replican, la zona geográfica, el sector, el estilo (valor/crecimiento) o incluso por temáticas (energías limpias, ciberseguridad). Entender los principales tipos te evita comprar algo que no encaja con tu objetivo.

ETFs de renta variable (por región, sector)

Los ETFs de acciones son los más populares. Pueden ser globales (MSCI ACWI, que combina desarrollados + emergentes), desarrollados (MSCI World), emergentes (MSCI EM), regionales (Europa, EE. UU., Asia-Pacífico) o países (Japón, Reino Unido). Para empezar, muchos inversores eligen un global o un Mundo desarrollado por su diversificación automática entre países y sectores. Si quieres inclinarte a EE. UU. (motor tecnológico), un S&P 500 es la forma más sencilla.

También existen ETFs por sector (tecnología, salud, consumo defensivo, energía) y por estilo (valor, crecimiento, small caps). Los sectoriales son útiles para ajustes tácticos (ej., sobreponderar tecnología), pero como principiante conviene que el núcleo sea amplio (global o desarrollado) para que tu cartera no dependa de una sola apuesta.

La divisa es relevante: un ETF puede estar denominado en EUR o USD, pero lo importante es la moneda del subyacente (si replica acciones USA, hay riesgo dólar). También verás versiones hedged (cubiertas) a EUR, que reducen el impacto de la divisa a cambio de un coste mayor. Para un horizonte muy largo, muchos inversores aceptan la volatilidad de divisa como parte de la diversificación; para horizontes medios o baja tolerancia al riesgo, una cobertura parcial puede tener sentido.

ETFs de renta fija (bonos)

Los ETFs de bonos te dan exposición a deuda pública (soberanos) y deuda corporativa. Los hay por plazo (corto, medio, largo), por calidad crediticia (grado de inversión vs high yield), por región (eurozona, EE. UU., global) e incluso por duración objetivo (para gestionar sensibilidad a tipos). ¿Para qué sirven? Para amortiguar volatilidad y generar una renta más estable que la renta variable, especialmente útil si tu perfil es moderado o si buscas equilibrar tu cartera.

Un ETF de bonos agregados de la eurozona (Euro Aggregate) suele combinar deuda pública y corporativa de buena calidad. Su volatilidad es menor que la de un ETF de acciones y su comportamiento depende mucho de los tipos de interés: cuando los tipos suben, el precio de los bonos existentes suele caer (y al revés). Para principiantes, un ETF “core” de bonos de alta calidad y duración media puede ser una buena primera aproximación a la renta fija.

ETFs de materias primas

Los ETFs de materias primas (commodities) buscan replicar metales (oro, plata), energía (petróleo) o cestas más amplias. Ojo: muchas materias primas no se almacenan como una acción; por eso, algunos ETFs usan futuros o estructuras sintéticas. El oro es el más popular como cobertura parcial frente a eventos extremos o inflación persistente. Aun así, no es un escudo perfecto: puede subir o bajar en función del ciclo, los tipos reales y la percepción de riesgo. Para un principiante, asignaciones pequeñas (p. ej., 2–10 %) al oro (vía ETF físico respaldado por metal) pueden ser razonables dentro de una cartera diversificada. El resto de commodities son más volátiles y técnicas; mejor dejarlas para fases posteriores.

ETFs de dividendos

Los ETFs de dividendos seleccionan empresas que pagan o crecen sus dividendos (Dividend Aristocrats, High Dividend, Quality Dividend). Son atractivos para estrategias de ingresos periódicos, pero cuidado con trampas de valor (empresas con dividendos insostenibles) y con la concentración sectorial (financieras, utilities). Un ETF de dividendos de calidad que priorice solidez financiera y historial estable puede integrarse como satélite de tu cartera, aunque para empezar, la mayoría de principiantes estarán bien servidos con un ETF amplio y, si quieren ingresos, combinarlo con bonos o retiros programados.


Ventajas de los ETFs para inversores principiantes

La primera gran ventaja es la diversificación inmediata. Con una sola compra, pasas de tener “todo en una empresa” a estar repartido en cientos o miles. Eso reduce el riesgo específico y te permite dormir más tranquilo. La segunda ventaja es el coste: los ETFs indexados suelen tener TER muy bajos. En el largo plazo, cada décima de comisión importa; pagar 0,20% en vez de 1,50% año tras año es la diferencia entre una cartera que despega y otra que se queda atrás.

La tercera es la simplicidad operativa: al replicar un índice, no necesitas decidir “qué empresa comprar hoy”. Tu decisión clave cambia de elegir “acciones” a elegir asignación de activos (qué % a acciones, qué % a bonos, si tendrás oro, etc.). Eso te libera tiempo y te protege de la tentación de “adivinar el mercado”. La cuarta ventaja es la liquidez intradía: puedes comprar y vender en sesión, usar órdenes limitadas y automatizar aportes periódicos.

También hay eficiencia en transparencia (sabes qué hay dentro), en fiscalidad operativa (menor rotación interna) y en accesibilidad: casi cualquier broker regulado te permite comprar ETFs con pocos clics, con tickets pequeños e incluso fracciones en algunos casos. Para un principiante, esa accesibilidad reduce la fricción psicológica: das el primer paso sin sentir que necesitas un máster en finanzas.


Desventajas y riesgos de los ETFs

Ningún vehículo es perfecto. Con ETFs estás atado al mercado: si el índice cae, tu ETF cae. No hay “gestor que te salve” en una fase bajista; lo que te salva es una buena asignación de activos y una disciplina a prueba de sustos. Además, muchos ETFs que suenan temáticamente atractivos (p. ej., “disrupción”, “IA”, “energías del futuro”) pueden tener concentración en unas pocas empresas, altas comisiones o historial escaso. Como principiante, conviene huir de lo demasiado específico y centrarse en el núcleo.

Otro riesgo es la liquidez real: aunque un ETF cotiza, su liquidez depende de la del subyacente. En índices muy líquidos (S&P 500, MSCI World) esto no suele ser un problema, pero en ETFs exóticos puedes encontrar spreads más amplios. Además, los ETFs sintéticos (que replican con swaps) introducen riesgo de contraparte; no es que sean “malos”, pero requieren que sepas lo que estás comprando. Finalmente, recuerda el riesgo de divisa si inviertes en activos fuera del euro: tu rentabilidad en euros puede fluctuar por el EUR/USD o EUR/JPY, no solo por el mercado subyacente.


Cómo elegir tu primer ETF

Elegir tu primer ETF no es una caza del tesoro; es un ejercicio de encaje con tu plan. Empieza definiendo: 1) Horizonte (¿5, 10, 20 años?), 2) Tolerancia al riesgo (¿cuánto puedes soportar que caiga sin vender?), 3) Aportaciones (¿mensuales, trimestrales?), 4) Asignación (¿100% acciones? ¿80/20 acciones/bonos?). Con eso resuelto, busca un ETF amplio, barato y líquido para el núcleo y, si lo deseas, añade satélites (emergentes, small caps, dividendos, oro) en proporciones modestas.

Criterios: TER, liquidez, réplica física vs sintética

  • TER (Total Expense Ratio): cuanto más bajo, mejor (a igualdad de lo demás). Una diferencia de 0,20% anual es enorme a 20 años.
  • Liquidez y volumen: mira el volumen medio y el spread. En índices grandes, suele ser muy aceptable.
  • Réplica física vs sintética: la física compra los valores del índice (total o muestreo). La sintética usa swaps para replicarlo. La sintética puede replicar mejor ciertos mercados o reducir costes, pero añade riesgo de contraparte. Para principiantes, la física es intuitiva.
  • Domicilio y normativa (UCITS): en Europa, los ETFs UCITS cumplen estándares de diversificación, custodia y transparencia; para inversores españoles, suelen ser la opción natural.
  • Moneda y cobertura (hedged): decide si aceptas el riesgo divisa o prefieres una clase cubierta a EUR (coste algo mayor a cambio de menos fluctuación cambiaria).
  • Proveedor y tamaño del fondo: emisores como Vanguard, iShares, Amundi, Invesco son referencias. Fondos grandes tienden a tener mejor liquidez.

ETF de acumulación vs distribución

Un ETF de acumulación (Acc) reinvierte los dividendos/ cupones en el propio fondo, aumentando el valor de la participación. Un ETF de distribución (Dist) paga en efectivo los dividendos/cupones periódicamente a tu cuenta del broker. ¿Cuál te conviene? Si tu objetivo es crecimiento a largo plazo y no necesitas renta hoy, la acumulación simplifica y evita pequeñas recompras manuales. Si buscas ingresos periódicos, la distribución te paga cada trimestre/semestre.

Ten en cuenta la fiscalidad: en España, los dividendos distribuidos son rendimientos del capital mobiliario (base del ahorro) y tributan cuando se cobran. En acumulación no cobras nada, pero cuando vendes el ETF, tributas por la plusvalía (también base del ahorro). A efectos prácticos, para principiantes que construyen patrimonio, acumulación suele ser más cómoda; si buscas renta o vas a vivir de la cartera, distribución tiene sentido.


Los 5 mejores ETFs para empezar

Aviso útil: lo que sigue es educativo, no una recomendación personalizada. Comprueba siempre el KID/KIID, TER actual, liquidez, domicilio y tu broker favorito para ver la clase disponible. Las denominaciones pueden variar (Acc/Dist, EUR/USD, hedged/no hedged).

Vanguard FTSE All-World

El Vanguard FTSE All-World (UCITS) es un “todo en uno” de renta variable global que combina desarrollados + emergentes en un único ETF. Para un principiante, esto significa diversificación máxima sin tener que añadir un bloque emergente aparte. La filosofía de Vanguard es mantener costes bajos y replicar el índice con la mayor fidelidad posible. Como núcleo, All-World te expone a miles de empresas en decenas de países, con un peso natural en EE. UU. (por tamaño de mercado) y presencia de Europa, Japón y emergentes.

¿Por qué puede ser tu primera piedra? Porque evita el “¿añado EM? ¿cuánto de Asia?”. Ya viene todo dentro. En el día a día, aportas una cantidad fija cada mes y no complicas la estructura. Si eres muy sensible a divisa, puedes contemplar una versión hedged a EUR (si existe para tu clase), aunque para horizontes largos muchos inversores aceptan la volatilidad de divisa como parte de la cartera. En costes, All-World suele tener un TER competitivo para ser un producto “todo en uno”, aunque históricamente es algo más alto que separar en World + EM por tu cuenta (dos ETFs). Lo pagas con simplicidad.

Puntos a vigilar: el peso de USA domina (por capitalización), así que tu exposición a EE. UU. será alta (normal en índices globales). Si quieres modular esa exposición, puedes añadir un pequeño satélite europeo. En resumen: si quieres “un ETF y listo” para acciones globales, All-World es un candidato obvio.

iShares Core MSCI World

El iShares Core MSCI World (UCITS) cubre países desarrollados (EE. UU., Europa desarrollada, Japón, Canadá, Australia, etc.) sin incluir emergentes. Es el núcleo clásico para muchísimos inversores. Ventaja: TER muy bajo, liquidez excelente y amplia adopción. Para un principiante que desea simplicidad y costes mínimos, MSCI World es una columna vertebral perfecta.

¿Cómo integrarlo? Puedes usarlo como núcleo (70–90% de tu cartera de acciones) y, si lo deseas, añadir un satélite de emergentes (MSCI EM) con un 10–30% según tu tolerancia. Con eso obtienes una exposición muy parecida a All-World, pero con un TER agregado potencialmente algo menor (dos ETFs en vez de uno “todo en uno”). En la práctica, muchos principiantes empiezan solo con World y, más adelante, añaden EM cuando se sienten cómodos.

En el día a día, iShares Core MSCI World es fácil de encontrar en la mayoría de brokers, con varias clases (acumulación/distribución, divisa base). La transparencia de iShares es alta y el tamaño del fondo suele traducirse en spreads competitivos. ¿Contras? Al no incluir emergentes, tu diversificación queda incompleta frente a un All-World; si quieres exposición a economías en desarrollo, añádela explícitamente.

Invesco S&P 500

El Invesco S&P 500 (UCITS) es un ETF cuyo objetivo es replicar el S&P 500, el índice de las 500 grandes compañías de Estados Unidos. Es un producto ultra estándar: perfecto si quieres exposición al motor estadounidense con coste bajo y liquidez altísima. Como principiante, añadir un S&P 500 puede tener sentido si tu tesis es: “quiero el peso de la tecnología USA y el dinamismo de su mercado”.

El S&P 500 tiende a concentrar una parte significativa en tecnología y consumo discrecional (Apple, Microsoft, NVIDIA, Amazon, etc.), lo que puede impulsar tu rentabilidad en ciclos alcistas de crecimiento, pero también aumentar la volatilidad cuando el sector rota. Por eso, si eliges S&P 500 como núcleo, considera equilibrarlo con un bloque de Europa o con bonos si tu tolerancia al riesgo es moderada. En horizontes largos, el S&P 500 ha sido históricamente un excelente generador de valor, lo que explica su popularidad.

A nivel operativo, el Invesco S&P 500 (igual que las versiones de otros emisores core) suele contar con clases Acc/Dist y, en algunos casos, variantes hedged. Si tu broker ofrece fracciones, podrás comprar participaciones con tickets pequeños; de lo contrario, organiza tus aportes para aproximarte al precio de una participación entera. Como siempre, verifica TER, domicilio UCITS y liquidez en tu mercado preferido.

iShares Core Euro Aggregate Bond

Para no vivir solo de acciones, el iShares Core Euro Aggregate Bond (UCITS) aporta el bloque de renta fija en euros con grado de inversión: deuda pública y corporativa de la zona euro, diversificada por emisores y vencimientos. Es un “todo en uno” de bonos en EUR, ideal para principiantes que quieren amortiguar la volatilidad de su cartera y no desean complicarse con duraciones o calidades específicas.

¿Por qué es útil? Porque históricamente los bonos de alta calidad tienden a compensar parte de las caídas de la renta variable en crisis (no siempre, pero con frecuencia), y ofrecen una rentabilidad esperada más estable. En 2025, con tipos que ya no están en cero, los bonos vuelven a tener un papel interesante como fuente de rentas y amortiguador. Este ETF suele tener TER bajo para tratarse de un agregado amplio y una liquidez razonable, con varias clases (acumulación/distribución) según te interese reinvertir cupones o cobrarlos.

Riesgos: la duración (sensibilidad a tipos) puede jugar en contra si los tipos suben rápido; aun así, al ser un agregado diversificado, la exposición está repartida. Para principiantes, mantener un porcentaje estable (ej., 20–40% según perfil) en un agregado en euros puede ser una regla simple para evitar sustos en mercados nerviosos.

Amundi MSCI Emerging Markets

El Amundi MSCI Emerging Markets (UCITS) añade la pata de mercados emergentes (China, India, Brasil, Taiwán, Sudáfrica, etc.). Como satélite del MSCI World, te da exposición a crecimiento demográfico, clases medias en expansión y ciclos distintos a los de economías desarrolladas. ¿Por qué no usar solo All-World? Porque, si eliges World + EM por separado, puedes controlar el peso de emergentes a tu gusto (ej., 10–20%) y, según la época, encontrar TER global más ajustado que la opción “todo en uno”.

Ten en cuenta que EM presenta más volatilidad (riesgo político, divisas, regulación) y, en algunos periodos, puede quedarse atrás respecto a EE. UU./Europa. Por eso, en carteras para principiantes, emergentes suele ser un complemento, no el núcleo. A nivel operativo, Amundi es un emisor europeo de referencia, con clases UCITS, buena escala y spreads razonables. Verifica acumulación/distribución y la divisa de la clase que elijas.

En conjunto, con World + EM + Euro Aggregate (y opcionalmente un toque de oro) puedes construir una cartera 3–4 fondos robusta para décadas: simple, barata y diversificada.


Dónde y cómo comprar ETFs desde España

Para comprar ETFs desde España necesitas un broker regulado que dé acceso a los mercados donde cotizan (Xetra, Euronext, LSE, BME, etc.). Brokers populares para principiantes incluyen Degiro (low-cost, simple), XTB (plataforma clara, 0% hasta umbrales en acciones/ETFs), Interactive Brokers (FX barato, herramientas pro) y eToro (experiencia social; ojo a conversiones y retiradas). Elige según coste total (comisión por orden + tipo de cambio si compras ETFs en USD + posibles tasas), usabilidad y herramientas.

El paso a paso es sencillo:

  1. Abre cuenta (KYC: DNI/NIE, prueba de domicilio).
  2. Deposita por transferencia SEPA.
  3. Busca el ETF por ticker y verifica ISIN para no equivocarte de clase.
  4. Orden limitada (recomendada): fija precio máximo de compra para evitar pagar spreads innecesarios.
  5. Registra tu compra (precio, comisiones) y activa aportes periódicos si esa es tu estrategia.

Consejo práctico: prioriza clases listadas en EUR si te incomoda el FX y compras en mercados europeos. Si compras clases en USD (o ETFs USA), valora el coste de conversión de tu broker y, si te compensa, agrupa conversiones para minimizar fricción.


Fiscalidad básica de los ETFs en España

En España, las plusvalías (ganancias al vender) y los dividendos/cupones (si tu ETF es de distribución) tributan en la base del ahorro. Tipicamente, no hay traspasabilidad entre ETFs como sí la hay entre fondos de inversión nacionales/UE (consulta siempre casos específicos y normativa vigente). Si tu ETF es de acumulación, no cobras nada hasta que vendas, momento en el que tributas por la ganancia. Si es de distribución, tributas cuando recibes el dividendo/cupón.

Para ETFs que invierten fuera del euro, recuerda que dividendos/ventas deben convertirse a EUR al tipo de cambio del día del cobro/venta para declarar correctamente. Y guarda los informes del broker (resúmenes anuales, extractos) para simplificar la campaña. Si inviertes en ETFs USA directamente, ten presente las exigencias PRIIPs (muchos brokers priorizan UCITS europeos por documentación estandarizada). En casos complejos (grandes patrimonios, donaciones, traspasos internacionales), consulta a un asesor fiscal.


Errores frecuentes al invertir en ETFs

  1. Elegir por moda: comprar el ETF de la temática del momento sin entender su composición, coste y volatilidad.
  2. Ignorar el TER: una décima por año se acumula. Prefiere Core baratos como columna vertebral.
  3. Confundir clases: Acc vs Dist, hedged vs no hedged. Verifica ISIN siempre.
  4. No usar órdenes limitadas: pagar de más por spreads en mercados menos líquidos.
  5. Sobrecargar satélites: un 80% en temáticos no es “diversificación”; el núcleo debe ser amplio.
  6. No considerar divisa: comprar USD sin saber cuánto te cuesta el FX (compra y venta).
  7. Cambiar de estrategia a mitad: saltar de World a temáticos cada trimestre suele destruir valor.
  8. Descuidar el rebalanceo: revisar 1–2 veces al año para volver a tu asignación objetivo.
  9. Olvidar el horizonte: un ETF global se disfruta a años, no a semanas.
  10. No llevar registro: sin hoja de seguimiento, no sabrás tu coste total ni tu comportamiento real.

ETFs como puerta de entrada a la inversión

Los ETFs son una herramienta simple, diversificada y barata para empezar a invertir con cabeza en 2025. Si eliges un núcleo amplio (World o All-World), lo combinas con una pizca de bonos en euros y, opcionalmente, un toque de emergentes (y quizá algo de oro más adelante), ya tienes una arquitectura robusta. Añade aportes periódicos, mantén los costes bajos, anota tus movimientos y evita la sobre-rotación. La disciplina gana a la “genialidad” la mayoría de las veces.

Recuerda: esta guía es educativa. Tu situación concreta (ingresos, horizonte, tolerancia al riesgo, objetivos vitales) puede requerir ajustes. Pero si hoy estabas en cero y querías una ruta clara, ya la tienes: elige un núcleo, aporta de forma constante, mantén los costes a raya y no te salgas del plan. El mercado hará el resto con el paso del tiempo.

Cuando tengas claros los básicos, mira esta guía de DCA para automatizar aportes y evitar sesgos.

Tabla comparativa: 5 ETFs para empezar (resumen)

Valores indicativos y características resumidas. Revisa el KID/KIID y las fichas oficiales para cifras exactas y clases disponibles.

ETF (UCITS)ExposiciónEnfoque típico en carteraClases comunesPuntos fuertesA tener en cuenta
Vanguard FTSE All-WorldAcciones globales (desarrollados + emergentes)Núcleo “todo en uno”Acc / Dist; EUR/USD; a veces hedgedSimplicidad, gran diversificaciónTER algo mayor que World+EM por separado
iShares Core MSCI WorldAcciones países desarrolladosNúcleo (añadir EM como satélite)Acc / Dist; múltiples listadosTER muy bajo, liquidez excelenteNo incluye emergentes
Invesco S&P 500Acciones EE. UU. (large caps)Núcleo sesgo USA o satéliteAcc / Dist; EUR/USD; versiones hedgedExposición a motor tecnológico USAMayor volatilidad sectorial
iShares Core Euro Aggregate BondBonos EUR (soberanos + corporativos)Bloque defensivo / equilibrioAcc / DistAmortigua volatilidad, núcleo de RFSensible a movimientos de tipos
Amundi MSCI Emerging MarketsAcciones mercados emergentesSatélite (10–20%)Acc / Dist; múltiples listadosDiversificación geográfica adicionalMayor volatilidad y riesgo país

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